Ilustración de M.C. Escher

viernes, 8 de marzo de 2013

FORMACIÓN Y DESARROLLO DOCENTE

LA FORMACION Y EL DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE FRENTE A LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA ESCOLARIDAD"


A pesar de la importancia creciente que los gobierno, programas de reforma eductiva y los especialistas asignan a las políticas tendentes al fortalecimiento profesional de los docentes, asignan a todavía estamos lejos de tener el profesorado que deseamos.  En la última década varios países de América Latina reformaron el curriculum de la formación inicial de maestros, tanto en sus contenidos como en su estructura y fundamentos y comenzaron un proceso de reconversión y acreditación de las instituciones a cargo.  Sin embargo susbsisten serios problemas tanto en el funcionamiento de las instituciones como en el perfil de sus cuerpos docentes y en la organización, planificación y conducción del subsistema formador.

La mejora de las experiencias escolares de los alumnos requiere de modo ineludible contar con los docentes, pero una política que apueste en forma excluyente a su formación y actualización constituye una respuesta simplificada que evade la compleja trama histórica que desde hace más de un siglo configura los sistemas educativos(Birgin, 2006).  Por ello es necesario emprender políticas articuladas entre organismos y sectores del Estado que atiendan en la elevación de la calidad de la educación básica: salud, atención de la primera infancia, desarrollo curricular, infraestructura y equipamiento escolar, sistemas de evaluación, intensificaciones de la jornada escolar, diversificación de las materias, taller y oportunidades de aprendizaje de los alumnos, trabajo colaborativo con las comunidades y sus instituciones intermedias, etc.
En las últimas dos décadas las políticas de reforma educativa focalizaron excesivamente en el denominado "factor docednte".  Esto produjo una serie de discursos y programas, cuyos rasgos más salientes han sido:
  • La hiper-responsabilzación  de los docentes por los cambios a lograr que condujo a la sobrecarga de demandas en contextos de díficil implementación y con recursos escasos.
  • La desautorización de los docentes como agentes legítimos responsables de la tarea de transmisión cultural al ubicarlos en el lugar de no-saber, sujetos del déficit a lo que hay que capacitar.
  • El predominio de una "lógica instrumental" de la capacitación que limita su agenda al simple manejo de las tecnologías bajo el imperativo de la innovación y la necesidad de implementar cambios en el sistma educativo.
Labaree(2000) ha argumentado que la naturaleza del trabajo docente encierra una serie de rasgos que a simple vista lo hacen parecer como una profesión fácil, a pesar de ser sumamente difícil.

Revista de curriculum y formación del profesorado,11.1(2007)

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